Hemos aprovechado el mes de agosto para hacer una ruta en autocaravana por Suiza y Alemania, con la primera parada en los Alpes Suizos: Zermatt.
Una de las primeras cosas que piensas cuando llegas a Zermatt es que necesitarías más días para disfrutar de todas las excursiones y posibilidades de la zona. Pero una vez situados y con la amable ayuda de la oficina de turismo, decidimos que ver en los dos días que estaríamos allá.
El primer día …
… con el tiempo bastante tapado y riesgo de lluvia, subimos en tren hasta Gornergrat. Uno de los miradores más espectaculares de toda la región a 3.089 metros de altitud. Desde aquí, se puede ver el Monte Rosa (Dufourspitze) de 4.634 m., el glaciar Grenzgletscher que lo tienes a los pies, y el majestuoso Cervino (Matterhorn) de 4.478 m. El tren, hace diversas paradas durante el trayecto. Hay quien sube en tren hasta arriba y lo baja todo andando, o quien como nosotros, hace una parada en Riffelsee para ver el lago del mismo nombre, con el Cervino de fondo.
Desde aquí, se puede continuar andando abajo hasta Riffelberg por ejemplo. Después de todo un día muy tapado y no poder ver el Cervino, valió la pena esperar hasta el fin de la tarde para ver una puesta de sol espectacular, ya sin nubes. También es un lugar ideal para el descenso en bicicleta de montaña, así que los aficionados a este deporte, tienen decenas de kilómetros de descenso de todos los niveles.
Este mismo día subimos en teleférico hasta el Matterhorn Glacier Paradise a 3.883 m., pero había tanta niebla que no pudimos disfrutar de las vistas al 100%. A los menores de 1 año no se les permite subir por causa de la altitud a la que se llega, por lo tanto, uno de nosotros se quedó con en la estación intermedia de Trockener Steg a 2.939 m. y el otro subió con el hijo de 3 años que quedó fascinado de volar entre la niebla. Éste es el teleférico más alto de Europa y desde arriba, se puede llegar a la cima del Breithorn 4.164m. en 2,5 horas y acompañado de un guía.
El día siguiente …
… lo dedicamos más especialmente a los niños, subiendo en funicular hasta Sunnegga y lago Leisee, y bajando a pie por el valle Findelbach. El renovado funicular cubre un desnivel de casi 700 m. En menos de dos kilómetros de distancia, lo que supone una subida media del 45%.
“Leisee es un lugar increíble para pasar el día en familia con niños”
Hay barbacoas con leña (solo hay que llevar la carne), un parque infantil con columpios, tobogán y castillo, circuito de agua y fuentes, y una divertida “barca” para cruzar el lago estirando una cuerda. Además, te puedes bañar en el lago, y si hace sol, ya es perfecto.
Zermatt es un pueblecito muy bonito, turístico en temporada alta, pero muy entretenido; solo hay que andar 3 minutos y empezar a explorar valles y montañas con total tranquilidad. Está prohibido llegar en coche, y hay que aparcar en Täsch y coger el tren o subir andando. Nosotros estábamos en el camping del mismo pueblo de Täsch, que también tiene un parque infantil y una bonita plaza para pasear.
Finalmente, vale la pena visitar el Matterhorn Museum, al centro de Zermatt, que muestra la historia de la región, como se vivía antiguamente en esta zona, muestras de restos arqueológicos, y como eran los inicios del alpinismo en el siglo XIX.
Zermatt es un lugar que nos ha encantado, y si bien el coste de los transportes es considerable, hay tantas opciones y posibilidades que sin duda volveremos con más tiempo.